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martes, 29 de abril de 2014

Derechos de la mujer durante el parto (OMS)

Toda mujer embarazada tiene derechos, que se extienden especialmente al momento del parto y lactancia. 



La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace varias recomendaciones al respecto, para asegurar que la salud de la madre y del bebé es óptima, que su cuidado hospitalario sea adecuado y sin abusos, y en general para asegurar una buena experiencia para ambos, así como una excelente salud después del parto. 

aquí les compartimos un video con el resumen de los derechos de las mujeres durante el embarazo y el parto. ¡Compártelo! 



Deja de decir: “Tengo novio”



A mí me gusta “salir”. Me gusta bailar, la música, beber, pasar tiempo con is amigxs. Y me gusta conocer nueva gente, platicar, hacer amigxs. También entiendo que mucha gente (hombres y mujeres) van a bares y clubes con la esperanza de conocer a un(a) compañerx románticx o sexual, y por supuesto, pienso que en teoría, no hay nada de malo en esto.

Por esto, si alguien intenta hacerme la conversación, trato de no etiquetarle inmediatamente de “raro”. Asumo la conversación y creo que puedo ser mejor cuando platico con más gente. Pero de cualquier forma (y muchas mujeres lo sabrán), a veces llega un momento en las conversaciones con hombres en que hay que marcar una línea e indicar que no estás, de ninguna manera, interesada en llevarlo más lejos. También pasa en situaciones en que es claro que la conversación amigable ni siquiera está contemplada (por ejemplo, esos hombres que la sustituyen con tomarte de la mano o de la cintura y jalarte a bailar, a modo de presentación). Ésta es una de esas ocasiones.
Imagen: www.lunalunamag.com
Si haces una búsqueda en Google para “cómo evitar ligar en el bar” (en inglés, “how to avoid being hit on at a bar”), obtendrás bastantes artículos con tips “útiles” para evitar conversaciones con hombres que no te interesan. La mayoría de estas listas tienen por tip número uno el pretender tener (o de hecho, tener) novio/esposo/prometido/pareja para evitar a todos los cachondos que te abordan (el segundo, pretender ser lesbiana o estar un poco loca, tipo Jenna Marbles). In response to my complaints about men creeping on me at dance clubs in college, an ex-boyfriend of mine used to get cranky that I refused to whip out this cure-all excuse (one of many reasons he is an ex).
Sí, esta podría ser la forma más fácil y rápida de deshacerte de alguien molesto, pero los problemas asociados con el uso de esta excusa son mucho peores que los beneficios. Hay una frase que he visto flotar por Tumblr recientemente (reblogeada por muchas de mis fantásticas amigas feministas en Tumblr), que dice lo siguiente:
En el privilegio masculino, el “ya tengo novio” es la única cosa que de hecho, podría hacer que alguien deje de cortejarte, porque respetan más a otro ser masculino que a tu propia decisión de rechazo o no interés.
Esta frase pone en un solo enunciado, de forma sorprendente, lo que quiero llegar a explicarle a mis exnovios y amigxs por años, pero sin éxito. La idea de que una mujer debe ser dejada en paz sólo porque “ya está ocupada” o que “alguien ve por ella” (términos que me dan comezón en el cerebro), eliminan por completo la noción de respeto que debería ser esperado hacia esa mujer. Elimina la autonomía de la mujer, la habilidad de hablar por ella misma y de tomar sus propias decisiones con respecto a cuándo y dónde la conversación comienza o termina. Es básicamente un ejemplo de la vida real en que la teoría feminista es palpable, la mujer (junto con sus decisiones y deseos femeninos) es considerada suplementaria y secundaria hacia el hombre, sea el hombre con el que está interactuando o el hombre al que ella “pertenece” (ver la teoría de Simone de Beauvoir, la historia de Adán y Eva, etc.) Y la pero parte de toda la situación es que seguimos haciéndonos esto a nosotras mismas.
Esta táctica también nos trae a la pregunta sobre lo alternativo. Si la mujer en cuestión fuera soltera, ¿significa que automáticamente se iría con cualquier tipo que la seduce-molesta-platica con ella- acosa? Muy poco probable. Así que, ¿por qué seguimos usando estas excusas? No estamos enseñando a los hombres nada sobre las consecuencias de su conducta (por ejemplo, ser educado, proponer buenas conversaciones que propicien respuestas, que no pasan con los “vamos, dí que sí”). Estamos tomando la salida fácil y al mismo tiempo, indicándoles a los hombres que estamos de acuerdo con que es válido que las chicas solteras estén en posición de ser acosadas.
Así que, ¿qué podemos hacer? Yo creo que la solución es simple – solo dejamos de usar esa excusa. Si un hombre se acerca a ti y tú no estás interesada (si lo estás, ¡buena suerte! J ) puedes responderle algo como esto: “No estoy interesada”. No te disculpes y no des pretextos. Si hay insistencia o cuestionan tu respuesta, sé firme y persiste: “No, dije que no estoy interesada”.
“O será que tienes novio?”
“Dije, que no estoy interesada”.
“Ah, entonces, ¿eres lesbiana?”
“De hecho, no estoy interesada”.
“Estás loca.”
“No, sólo no estoy interesada”.
Etcétera. Incluso puedes, si te sientes particularmente expresiva, debatir un poco con el sujeto en cuestión. “¿Por qué es que piensas que sólo porque no estoy interesada, debería haber una excusa? ¿Por qué no es una opción simplemente que no estoy buscando un encuentro sexual o amoroso, o que algo en la forma en la que te me acercaste me indica que tienes muy poco respeto por las mujeres, y que por esto no podría estar jamás interesada en tener un encuentro sexual contigo independientemente de mis preferencias sexuales o relaciones? (O bueno, piensa tú misma en algún buen argumento, como veas la situación). Preguntarles de vuelta (si tienes ganas y enegía), te pone incluso en un plano de igualdad.
No estoy diciendo que sea fácil. Yo me he metido en varios argumentos con hombres durante lo que se supone sería una noche divertida con mis amigxs, sobre si tengo o no el “derecho” de ahuyentarlos, si no tengo novio. Como sea, hay algunas razones por las que continúo: 1. Para que tal vez, posiblemente, el hombre con el que estoy hablando o algún otro hombre que escuche la conversación, puedan aprender algo sobre la autonomía de las mujeres; 2. Para que tal vez, posiblemente, pueda inspirar a otras mujeres observando a hacer lo mismo y para que algún día, seamos un gran colectivo de mujeres fuertes que estarán firmes en su derecho de pasar una noche divertida bailando sin ser acosadas, y 3. Para que me pueda ir a casa esa noche, sudada y cansada, pero feliz y tranquila sabiendo que me dí a mí misma el respeto que me merezco.
*Alecia es logófila y ladrona de bibliotecas, buscada en varios estados. Además de artículos feministas, escribe también ensayos, historias cortas, mala poesía, recetas y listas de pendientes muy detalladas. Actualmente vive en una cabañita azul en Woodstock con un prometido, un perro salchica y un gato. Síguela en twitter en @alecialynn.
Post traducido por Helecho Verde, publicado originalmente en: http://lunalunamag.com/2013/09/05/stop-boyfriend/

lunes, 28 de abril de 2014

Reclamando el poder de la menstruación

El Sabbath de las Mujeres
Reclamando el Poder de la Menstruación
por Lara Owen, M.P.W.

Solía pensar que mis períodos eran una molestia, una sucia intrusión que incrementaba la lavandería y causaba un montón de síntomas desagradables incluyendo cansancio y dolor debilitante. La menstruación interfería con mi vida sexual, mis actividades atléticas y mi nivel de energía. Causaba cambios erráticos de temperamento, irritabilidad y un mal humor destructivo e imparable. Además costaba dinero - en toallas y tampones para absorber la sangre, en ropas arruinadas, en tiempo perdido en el trabajo. Era un saboteador ruin y solapado que siempre llegaba en el momento más inoportuno.

A pesar de este prédica de aflicción, no estaba totalmente en su contra. Cuando mi período llegaba, había siempre una parte de mí que se sentía complacida. Significaba que estaba saludable y fértil y que todo estaba funcionando apropiadamente. Sangrar me producía cierto orgullo que sentí intensamente durante mi primer período, pero ante la ausencia de cualquier aprobación externa, aquel sentimiento placentero desapareció gradualmente.



Una amiga judía me contó que cuando tuvo su primer período su madre la abofeteó. Con asombro ella reclamó: "¿Por qué hiciste eso?" Su madre respondió: "No lo sé, mi madre hizo lo mismo, es la tradición." Recibir una bofetada cuando una se vuelve mujer - ése es un punto interesante acerca de cómo es vista la naturaleza femenina. Tal vez se trate de un intento por eliminar el sentimiento de orgullo que llega con la primera sangre.

Algo más acabó por quitarme el sentimiento de orgullo y creo que fue la ausencia de ceremonia. Sentía internamente que algo verdaderamente asombroso y mágico estaba ocurriendo, y sin embargo todos a mi alrededor lo trataban como algo trivial. Tenía una sensación de logro, con tintes de excitación, curiosidad y pena. También recuerdo una vaga conciencia de un futuro vasto y desconocido. Intuitivamente sabía que era un acontecimiento muy importante en mi vida - y no obstante nadie dijo nada al respecto, excepto para darme algunas toallas sanitarias.

Creo que mi madre se sintió complacida - después de todo, significaba que estaba sana y creciendo normalmente - pero yo necesitaba más que eso. Necesitaba una ceremonia, una fiesta, algún gozoso reconocimiento público de este gran evento en mi desarrollo. Pero nada sucedió. Conforme pasaban los meses sentía cada vez más la vergüenza y cada vez menos la excitación y el orgullo que habían brillado momentáneamente con la primera sangre.

En casa, mis períodos eran algo que debía mantenerse oculto de mi padre y mis hermanos. Si tenía que mencionarlo, hablaba en voz baja y preferiblemente con mi madre a solas. Poco después de iniciados mis períodos, durante un viaje familiar, tuve que pedirle a mi padre que detuviera el auto pues necesitaba ir a la farmacia. Por supuesto que quiso saber qué necesitaba comprar. Recuerdo un sentimiento horrible cuando le dije que necesitaba comprar toallas sanitarias. Era una peculiar mezcla de vergüenza, orgullo y pena absoluta. Él se portó muy bien al respecto, según recuerdo, y nunca dijo nada que me hiciese sentir avergonzada. Pero de alguna manera esa vergüenza siempre estaba en el fondo de mis pensamientos, y afectó toda mi relación con el mundo externo.

En la escuela, la menstruación era algo que no debía ser mencionado sino en clase de biología. Toda la información que recibí acerca de la menstruación era puramente física. Había período porque no había embarazo, y el flujo menstrual era simplemente el revestimiento descartado que el útero producía para un posible feto. Mis amigas y yo lo discutíamos y, en ausencia de mayor información, decidimos que el cuerpo femenino estaba pobremente evolucionado - toda esa sangre y ese escándalo por años y años, cuando sólo necesitabas tenerlo una o dos veces para tener niños.

La imagen que la sociedad me dio a través de la publicidad era confusa. Los anuncios de tampones mostraban ágiles chicas en bikinis corriendo alegremente hacia el mar y muchachas en ajustados jeans blancos saltando a caballo. Esto no correspondía para nada con mi experiencia de letargos y cólicos, y sabía que ninguna mujer en su sano juicio confiaría tanto en un tampón como para salir a pasear en pantalones blancos. ¡Bah! Seguramente fueron hombres quienes escribieron esos anuncios.

Aún así yo sentía que debía ser como las muchachas de los anuncios de Tampax y que algo malo había en la manera en que mi cuerpo y mente se comportaban - que una muchacha normal no debería sentir diferencia alguna durante su período, y que no había nada que a ella le gustara más que subirse a un caballo y galopar hacia alguna aventura mientras ese bonito tampón le permitía olvidar que estaba menstruando. La vergonzosa realidad era que yo ni siquiera podía introducirme un tampón. No solamente no encajaba en el estereotipo, sino que además estaba mal armada. Me sentí decididamente inadecuada hasta que finalmente lo logré. Entonces comenzó el proceso de imaginarme que yo no estaba menstruando en absoluto.

Consideraba a mis períodos como una inconveniencia y eso era todo. Si eran dolorosos, tomaba un calmante - se llamaba "Feminax" y contenía una poderosa mezcla de ingredientes diseñados para acabar con cada uno de los síntomas de la menstruación, incluso cafeína para menguar la depresión y el letargo. En época de exámenes escolares, conseguía medicamentos para retrasar mi período hasta días más convenientes, cuando el furor de las hormonas pudiera asaltar el lado izquierdo de mi cerebro sin afectar mi futuro académico. Nunca me mencionaron nada acerca de las ventajas de experimentar un estado de conciencia diferente una vez al mes, porque nadie sabía nada.

A los 18 años comencé a tomar la píldora y al principio me complació que mis períodos se aligeraran y se volvieran tan predecibles. Me tomó varios años darme cuenta realmente de que la razón para la ligereza de mis períodos era que se trataba de períodos falsos. Noté que me volvía cada vez más sensible y enojada durante mis supuestas menstruaciones, así que decidí suspender la píldora. Después de un par de meses me sentí "yo misma" otra vez y me di cuenta de que, a pesar de lo conveniente que resultaba la píldora, en realidad me había sentido traicionada con esos períodos ligeros. Ahí fue cuando comencé a darme cuenta de que menstruar era una parte importante de mi vida, un ritmo del cual dependía para mi salud psíquica y física, y que ignoré o suprimí bajo mi propio riesgo.

En otras culturas, en vez de ser ignorada, la menstruación ha sido considerada (y en algunos casos aún lo es) como un tiempo especial y sagrado para las mujeres. La abundancia de símbolos relativos a la mujer encontrados en excavaciones en lugares antiguos de Europa y el Cercano Oriente sugiere de manera enfática que dichas culturas eran matrifocales y reverenciaban a la Diosa y a los procesos del cuerpo femenino. Las prácticas rituales estaban ligadas al sangrado mensual de las mujeres y la sangre menstrual era altamente valorada como poseedora de poderes mágicos.



La palabra ritual viene de "rtu", que significa menstruo en sánscrito. En la época anterior al sacrificio de seres vivos, la sangre menstrual se ofrecía en ceremonias. La sangre menstrual era sagrada para los Celtas, los antiguos Egipcios, los Maorí, los primeros Taoístas, los Tantristas y los Gnósticos.

Los Nativos Americanos comprendían muy bien los diferentes sentimientos que las mujeres experimentan cuando menstrúan y para ellos estos sentimientos formaban parte de algo muy importante en los ciclos del cuerpo femenino. Las mujeres se retiraban a un recinto especial a pasar su sangrado. Se le consideraba ser el tiempo en que una mujer se encontraban en el nivel más alto de su poder espiritual, durante lo cual la actividad más apropiada era descansar y acumular sabiduría.

La tribu Yurok del norte de California poseía una cultura espiritual muy desarrollada basada en el ritmo del ciclo menstrual para las prácticas rituales no sólo de las mujeres sino también de los hombres. Las mujeres acostumbraban retirarse "en masa" durante la Luna nueva por un período de diez días. Durante ese tiempo los hombres se concentraban en el "desarrollo interno", en ceremonias y meditación. Mientras los adultos estaban ocupados acumulando poder espiritual, los niños eran cuidados por los ancianos de la tribu. Todo el trabajo que los adultos tenían que hacer se concentraba en los otros días del mes.

Cuando los hombres blancos entraron en escena, "el mundo se paró de cabeza". Las actitudes hacia la menstruación cambiaron y las muchachas fueron adoctrinadas por sacerdotes en vez de las ancianas de la tribu. En vez de enseñárseles que una vez al mes sus cuerpos se volvían sacros, se les enseñó que se volvían inmundos. En vez de retirarse a un recinto a meditar, orar y celebrar, se les enseñó que estaban enfermas.

En 1986 conocí a un maestro de las tradiciones Nativo Americanas. Me enseñó que una mujer menstruando tiene el potencial de ser más poderosa física y espiritualmente que cualquier hombre o mujer en cualquier otro momento. Aquello volteó de cabeza mis condicionadas representaciones de la realidad. Yo siempre había experimentado mi menstruación como un período de debilidad y dificultad. ¿De qué podría estar hablando aquel hombre?

Me indicó que cavara un hoyo en la tierra y que le hablara al hoyo de mis pensamientos negativos sobre la femineidad y el sangrado. Dijo que la tierra transformaría la energía negativa que yo sostenía alrededor de mi naturaleza femenina. Me sentí bastante tonta, pero de todos modos lo hice y me sorprendió descubrir cuántos malos sentimientos acerca del ser mujer acechaban dentro de mi mente feminista altamente educada. Este ejercicio fue doloroso pero muy eficaz.
Comencé a ver mi sangre con reverencia más que con miedo, disgusto o indiferencia. Para ese entonces ya no usaba tampones, así que comencé a mirar mi sangre apropiadamente cada mes, en lugar de verla en un desagradable tampón.


Vi que era clara y roja, y algunas veces más oscura y con coágulos. Si en verdad liberaba mi visión, entonces podía ver que estaba llena de vida, llena de magia, llena de potencial. Comencé a sentir gozo al pensar en mi sangre, en ser mujer, al pensar que después de todo había algo extraordinariamente mágico y misterioso en habitar un cuerpo femenino. El resentimiento que había sentido durante mi adolescencia por haber nacido mujer y la convicción de que los muchachos eran mejores, palidecieron y fueron reemplazados por una creciente sensación de maravilla frente a las complejidades, posibilidades y profundidades ofrecidas por el ciclo mensual.

Comencé a tomarme tiempo para descansar, meditar y simplemente estar conmigo durante los días de mi período. Me di cuenta de que entonces era particularmente capaz de reflexionar, y que dichas reflexiones eran de una naturaleza sin tiempo. Sentí que me estaba conectando con alguna antigua y vasta fuente de sabiduría femenina, simplemente con sentarme quieta y escuchar mientras sangraba. Tomarme ese tiempo durante mis menstruaciones creó una relación muy diferente con mi cuerpo. Mi salud mejoró y poco a poco los cólicos que había sufrido durante la mayor parte de mi vida se mitigaron, y mi período se volvió un tiempo de placer más que de dolor.

Estaba comenzando a quererme a mí misma verdaderamente. Por supuesto que uno no puede obligarse a hacer esto, del mismo modo que uno no "hace" que otra persona lo quiera a uno. Comenzó a suceder de manera muy gradual, y mucha gente que se atravesó en mi vida me ayudó a ver con más claridad. Pero lo importante al principio fue el conocimiento de que la menstruación es una fuente de poder. Esta invaluable pieza de información, junto con el fuerte instinto que tenía acerca del poder del útero, transformaron mi profunda y en su mayor parte inconciente falta de autorespeto.

Pensar en la menstruación como una fuente de poder para las mujeres iba completamente en contra de mi condicionamiento, y sin embargo sabía en mi corazón que era verdad. Me di cuenta de que había muchísima energía en la dicotomía entre lo que nos enseña nuestra cultura y mi reacción instintiva de "¡Claro que sí!" a esta sabiduría ancestral. Cuando se localizan los puntos donde la cultura se separa de una verdad natural, se habrá encontrado una llave, un pasaje hacia las enfermedades de dicha cultura. Comencé a entender que la hendidura entre la sabiduría y el poder de la menstruación que yo estaba percibiendo y las actitudes de la sociedad moderna con especto al útero, se situaba en el corazón de la subyugación y la negación de la realidad y la experiencia femeninas.

Para muchas mujeres, la raíz de su infelicidad yace en la dolorosa relación con los procesos de ser mujer. Las mujeres son entrenadas para esconder a cualquier costo el hecho de que menstrúan. Las manchas de sangre en la ropa constituyen una horrible vergüenza. Nadie dice nunca: "No quiero ir a trabajar o a la fiesta porque estoy menstruando", a menos de que se sienta enferma por ello y en ese caso por lo general dirá que tiene dolor de cabeza o un problema digestivo.

Cuando el útero y la menstruación son vistos únicamente como una incómoda necesidad biológica, la autoestima de las mujeres es correspondientemente baja. Nosotros somos nuestros cuerpos, y no podemos realmente amarnos en lo profundo de nuestros corazones si no amamos nuestros cuerpos sinceramente. Y no amas tu cuerpo si te sorprendes diciendo "¡Oh, no! ¡Me bajó la regla!"

En el siglo XIX, la menstruación era vista por los médicos como un signo más de la inferioridad y debilidad de las mujeres. Sin embargo, por lo general hay al menos un chispazo de verdad en cualquier ideología, y los médicos de la era Victoriana no estaban completamente equivocados cuando señalaban la importancia de la menstruación con respecto a la salud general de las mujeres, de la relación entre útero y psique, o de la cordura de descansar durante los períodos.

Hemos tendido a rechazar todo esto porque nos recuerda el tiempo en que las vidas de las mujeres estaban más controladas por los hombres, y porque revive los viejos argumentos que mantuvieron a las mujeres atadas a la casa y sin ingerencia en el mundo exterior. También hemos rechazado con bastante razón la idea de que los procesos naturales de ser mujer constituyen una enfermedad. Pero decir que algo no es una enfermedad e ignorarlo por completo no necesariamente son la misma cosa.

Al ignorar la menstruación como reacción a las ideas de la era Victoriana, quizás hemos perdido contacto con un con un persistente hilo de conciencia de su valor en la vida de las mujeres.

Los cambios que han tenido lugar en la vida de las mujeres durante los últimos treinta años podrían parecer una revolución, pero en muchos casos han sido más bien una asimilación. Las mujeres que buscan poder en un mundo masculino han tenido la tendencia de hacerlo convirtiéndose en pseudo-hombres. Y quizás inadvertidamente el feminismo ha desempeñado un papel en la supresión de la menstruación.

Uno de los miedos más grandes que he encontrado en mujeres exitosas y ambiciosas cuando hablo de las ideas antiguas del poder de la menstruación, es que esto afecte de algún modo su mito de ser "tan buenas como los hombres y a veces mejores". Muchas mujeres no quieren profundizar en el tema de la menstruación, asustadas de lo que pudieran descubrir. Les parece mejor suprimir sus sentimientos con tranquilizantes, rociarse con desodorantes vaginales para disfrazar el olor de la sangre, anestesiar su dolor con químicos, y absorber su sangre con tampones de modo que no tengan que verla. Es más fácil ser una mujer exitosa en un mundo de hombres si apenas reconoces que menstrúas.

La tecnología de la supresión - tampones, desodorantes vaginales, calmantes sofisticados y drogas antidepresivas- ha actuado junto con el mito de la supermujer para crear una actitud cultural predominante de que una mujer menstruando no es diferente de la que no menstrúa. El problema con todo esto es que simplemente no es verdad. Cualquier mujer remotamente en contacto con su cuerpo sabe que cuando está menstruando, y por lo general días antes, se siente distinta. Y éste es un hecho de la naturaleza que no puede ser negado.

Uno de los aspectos de la menstruación que ahora amo y aprecio es la predecible imposibilidad de predecirla. Una nunca sabe cuándo vendrá exactamente y algunas veces te toma completamente por sorpresa. Y no sólo no toma en cuenta los horarios sino que además es un lío. Tratamos tanto de ordenar y hacer sanitaria la vida moderna que corremos el riesgo de que no quede vida en nosotros. Las menstruaciones nos salvan de ese destino - son un aspecto salvaje y primitivo, crudo e instintivo, sangriento y eterno de lo femenino - y ninguna cantidad de "civilización" cambiará eso.

Mi período es un acontecimiento mensual en mi vida que tengo en común con todas las mujeres que han vivido. Las mujeres que vivían en cuevas hace 20,000 años, las sacerdotisas en las pirámides del antiguo Egipto, las videntes de los templos de Sumeria: todas ellas sangraban con la Luna. La primera mujer que produjo el fuego pudo haber estado menstruando en esa ocasión. Eso es algo en qué pensar. Si la menstruación es un tiempo altamente creativo para las mujeres en el aspecto psíquico y espiritual, quién sabe cuántos regalos habrá recibido la humanidad de las mujeres durante sus períodos.

El valor que asignamos a la menstruación tiene correlación directa con el valor que nos asignamos como mujeres. Y esto afecta a los hombres también. Pensamos que los sexos están separados, y de algún modo así es. Pero por otro lado todos somos parte de la misma gran sopa humana, y el modo en que las mujeres se ven a sí mismas y son vistas afecta también a los hombres. Tal pareciera en la superficie que los hombres han tenido la ventaja durante los pasados varios miles de años, pero eso es verdad sólo desde cierta perspectiva.

Tanto hombres como mujeres han sacado provecho y han sufrido por los desequilibrios de la sociedad patriarcal. También los hombres han sido separados de sus cuerpos y de sus sentimientos, y del placer y curación que son posibles cuando se dan relaciones basadas en la cooperación más que en la jerarquía y la dominación.

Imagina un mundo en el que hombres y mujeres trabajen juntos para desarrollar el sentido de paz interna que se produce al sentarse quieto un par de días al mes; un mundo en el que los hombres apoyen a las mujeres para que pasen algunos días en calma y silencio; un mundo en el que la sangre menstrual sea otra vez un fluido mágico con el poder de nutrir la vida nueva; un mundo en el que la menstruación sea entendida como el Sabbath de las mujeres - un espacio natural dentro de un ciclo lunar para el retiro, la introversión y el trabajo interno; un mundo del cual las mujeres emerjan como la misma Luna nueva, renovadas y mudadas de la vieja piel.

Hace algunos años tuve la oportunidad de pasar largas temporadas sola en un lugar hermosos en las Sierras a orillas del Lago Tahoe, un lugar vasto y azul sagrado para los Indios. Comencé a retirarme por completo cuando tenía mi período, quedándome quieta y sola, sentada en la tierra bajo el sol, con lagartijas y grajos azules como compañía, con el viento y la luna y el sol, las ondas y los colores de la superficie del lago guiándome y entreteniéndome. Viajaba dentro de mi psique y me encontraba repentinamente llorando por algo olvidado hace mucho, algún suceso de mi niñez o adolescencia.

Mi período se volvió un tiempo en el que era particularmente capaz de abrirme al material psicológico y a soltar emociones. Noté que después de los primeros días de sangrado me quedaba muy quieta y callada durante aproximadamente un día, y aparentemente no sucedía nada - un espacio vacío después del llanto y los recuerdos. Luego, conforme mi período terminaba, había varias horas de claridad en las que era particularmente creativa y abierta a información acerca del futuro - por lo general del mes siguiente, pero a veces más adelante aún.

Este patrón continúa, aunque usualmente es menos intenso hoy en día. Gran parte de los embrollos psicológicos que guardaba profundamente han sido soltados - probablemente tanto como mi psique quiere hacerse cargo en esta etapa de mi vida. Ahora me siento más actualizada conmigo misma, así que hay menos cosas que soltar, por lo general son simplemente cosas a las que me he aferrado durante el último mes. Todavía lucho con el tiempo vacío y a menudo comienzo a hacer cosas, imaginando que no está sucediendo nada internamente, sintiendo que sería mejor regresar a mis actividades en el mundo externo.

Con frecuencia esto tiene repercusiones y encuentro que logro muy poco y gasto mucha energía. Es difícil sentarse quieta cuando no surge nada en qué trabajar, me es difícil honrar ese vacío aunque sé que precede a la creatividad, la inspiración y la percepción interna. Todo es parte del proceso, pero se trata de una parte sin dramatismo y aún tengo la tendencia de tratarlo sin miramientos.

No suelo practicar la meditación todos los días. Prefiero ajustar mi tiempo de contemplación a mis propios impulsos. Cuando tengo mi período, a menudo entro en un espacio callado, solitario y meditativo durante tres o cuatro días, y luego mucho menos frecuentemente el resto del mes. Siento esto como un ritmo muy natural para mí, y es por eso que considero el tiempo de sangrado como el Sabbath de las mujeres.

Publicación original: http://www.casaluna.org/articulo_ver.php?com=1&id=703

sábado, 26 de abril de 2014

100 Hechos Menstruales (84): De úteros, Menstruación y ¿una disminución en la destreza mental?




Hacia finales del siglo XVIII, se creía que la educación superior comprometía la salud reproductiva de las mujeres, que su sangre podría dirigirse hacia su cerebro y que eventualmente le llevaría a procrear hij@s enfermizos y con defectos congénitos. (1)

Más recientemente, en el 2006, el Dr. Edward H. Clark, profesor de medicina en Harvard University durante 8 años, llegó a decir que “la educación superior provocaba que se atrofiara el útero de las mujeres.” (2)

No cabe duda de que los prejuicios y la misoginia atrofian el cerebro incluso de personas "educadas".

Referencias:
1. Stein E. y Susan Kim. 2009. Flow: The Cultural Story of Menstruation. New York: St. Martin's Press

2. Clarke, E.H. 2006. Sex in Education or, A Fair Chance for Girls en http://www.gutenberg.org/files/18504/18504-h/18504-h.htm

lunes, 21 de abril de 2014

¿Qué onda con el Conejo y los huevos de Pascua?

En México, una mayoría de creyentes católicos y cristianos celebran la Pascua de acuerdo a la tradición bíblica - El Viacrucis, las misas de los días santos, las conmemoraciones de muerte y resurección de Jesús; precedidas de una temporada de ayuno y arrepentimiento, con una actitud de guardar.

Por ello es que muchxs de nosotrxs nos preguntamos de dónde viene el colorido y sobre todo la simbología de las fiestas de Pascua de otros países, especialmente del norte, en que lo común es ver colores, huevos, pollos y conejos; que no encajan para nada en lo que se tiene por fiesta de Pascua, para quienes la celebran.




Remontándonos a cuando los pueblos observaban la naturaleza

En el norte de Europa, la fiesta de Pascua tiene una connotación fuertemente estacional, así como para en México lo sería también el Día de Muertos. Fiestas que han sido cristianizadas para insertarse dentro de la tradición, ya que llevaban tal vez siglos celebrándose antes de la llegada del cristianismo a estos países y era más fácil asimilarlas que eliminarlas, de tan arraigadas que eran.

Tanto el huevo como el conejo simbolizan la fertilidad y la llegada de la luz y el calor a la Tierra. Durante el invierno, en los países del norte, no hay sol; por lo tanto todos los animales reducen sus actividades, algunos de ellos entrando en estados de hibernación (como los osos y las ranas), otros de ellos posponiendo su etapa reproductiva para la primavera, como es el caso de las gallinas y los conejos. Por esto, el regreso de la luz solar después del invierno, supone una reactivación en la producción de huevos en las gallinas, así como de la reproducción en algunos mamíferos, como los conejos.

Desde antes de Cristo, el conejo era un símbolo de la fertilidad e inmadurez gonadal asociado con la diosa fenicia Astarté, a quien además estaba dedicado el mes de abril. En alusión a esa diosa, en algunos países centroeuropeos a la festividad de Pascua se la denomina "Easter". The Westminster Dictionary of the Bible (El diccionario Westminster de la Biblia) recoge que Easter era «originalmente la festividad de la primavera para honrar a la diosa teutónica de la luz y de la primavera, a quien se conocía en anglosajón como Easter»(1)

Ya en el siglo VIII los cristianos germanos habían transferido dicha fiesta a la fe cristiana asignándole la celebración de la Resurrección de Cristo, y adaptaron la fiesta pagana en las tradiciones cristianas. En este nuevo marco, se desarrolló la leyenda de que, cuando metieron a Jesús en el sepulcro que les había dado José de Arimatea, había dentro de la cueva un conejo escondido que, muy asustado, veía cómo toda la gente entraba, lloraba y estaba triste porque Jesús había muerto. El conejo se quedó ahí viendo el cuerpo de Jesús cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada y lo veía y lo veía y se preguntaba quién sería ese señor a quien querían tanto todas las personas. Así pasó mucho rato viéndolo, todo el día y toda una noche, cuando de repente vio algo sorprendente: Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y Jesús salió de la cueva ¡más vivo que nunca! El conejo comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las personas que lloraban que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había resucitado. Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos entenderían el mensaje de vida y alegría, y así lo hizo. Desde entonces, según la leyenda, el conejo sale cada Domingo de Pascua a dejar huevos de colores en todas las casas para recordar al mundo que Jesús resucitó y que hay que vivir alegres. (1)


Las celebraciones actuales

En varios países del norte, la Pascua sigue celebrándose con la connotación estacional y muy poco tiene que ver la parte religiosa implantada con el cristianismo. 

En países como Alemania, Suecia, Noruega, el Reino Unido y Estados Unidos, es común que las familias esconden huevos pintados de muchos colores, rellenos de dulces, para que lxs niñxs busquen por el jardín. Estos huevos, son supuestamente, traídos y escondidos por el Conejo de Pascua. 

El menú de comida típica incluye varias recetas con huevos y vegetales. 

Al igual que en navidad, se adornan árboles y macetas, pero en esta ocasión con plumas de muchos colores, o bien con huevos decorados. Esta tradición, actualmente se lleva a cabo en países como Suecia, Reino Unido, Alemania y otros países del centro de Europa. (2)


Además, en Suecia, el jueves santo se conoce como Blåkulla (la Colina Azul), ocasión en la que se juntan los seres malévolos, brujas y otros hechiceros, previo a la Pascua. Como tradición, el jueves santo, niñas y niños se visten como brujas, y tal como se haría en Halloween en octubre, van casa por casa pidiendo dulces. Por cierto, que las brujas representadas en esta fiesta, son bastante dulces visualmente, con un delantal, un chal que cubre sus cabezas, mejillas sonrojadas y muchas pecas. (2)




¡Ahí lo tienen! :)



(1) Wikipedia en español
(2) Wikipedia en inglés, sueco o alemán

sábado, 19 de abril de 2014

100 Hechos Menstruales (85): La menstruación en el Antiguo Testamento





La Menstruación en el Antiguo Testamento

El sexismo y la tabuificación de la menstruación no solo se encuentran en el judeocristianismo, sino también en otras religiones, pero en esta ocasión hablaremos del Levítico, uno de los libros bíblicos del Antiguo Testamento, ubicado entre Éxodo y Números y escrito alrededor del año 1512 a.C. en el desierto del Sinaí, que para los cristianos forma parte del Pentateuco y para los judíos de la Torá ("La Ley").

En este libro, esencialmente un manual religioso atribuido a la pluma del patriarca Moisés en la tradición judeocristiana, la menstruación es definida como un pecado y las mujeres menstruantes como “inmundas” y “enferma(s) por causa de su impureza menstrual," por lo que cada mes, para purificarse, debían sacrificar “dos tórtolas o dos pichones", "uno de ellos como ofrenda por el pecado y el otro como holocausto”, aceptando la oferta vegetal (trigo, por ejemplo) solo como segunda opción.

Levítico 15:19-33

19 "Cuando una mujer tenga flujo, si el flujo en su cuerpo es sangre, ella permanecerá en su impureza menstrual por siete días; y cualquiera que la toque quedará inmundo hasta el atardecer. 20 "También todo aquello sobre lo que ella se acueste durante su impureza menstrual quedará inmundo, y todo aquello sobre lo que ella se siente quedará inmundo. 21 "Cualquiera que toque su cama lavará su ropa, se bañará en agua y quedará inmundo hasta el atardecer. 22 "Y todo el que toque cualquier cosa sobre la que ella se siente, lavará su ropa, se bañará en agua y quedará inmundo hasta el atardecer. 23 "Sea que esté sobre la cama o sobre aquello en lo cual ella se haya sentado, el que lo toque quedará inmundo hasta el atardecer. 24 "Y si un hombre se acuesta con ella y su impureza menstrual lo mancha, quedará inmundo por siete días, y toda cama sobre la que él se acueste quedará inmunda. 25 "Si una mujer tiene un flujo de sangre por muchos días, no en el período de su impureza menstrual, o si tiene un flujo después de ese período, todos los días de su flujo impuro continuará como en los días de su impureza menstrual; es inmunda. 26 "Toda cama sobre la cual ella se acueste durante los días de su flujo será para ella como la cama durante su menstruación, y todo sobre lo que ella se siente quedará inmundo, como la impureza de su impureza menstrual. 27 "Cualquiera que toque esas cosas quedará inmundo; lavará su ropa, se bañará en agua y quedará inmundo hasta el atardecer. 28 "Cuando ella quede limpia de su flujo, contará siete días; después quedará limpia. 29 "Al octavo día ella tomará consigo dos tórtolas o dos pichones, y los traerá al sacerdote a la entrada de la tienda de reunión. 30 "El sacerdote ofrecerá uno de ellos como ofrenda por el pecado y el otro como holocausto. Así hará expiación el sacerdote por ella delante del Señor a causa de su flujo impuro." 31 Así mantendréis a los hijos de Israel separados de sus impurezas, para que no mueran en sus impurezas por haber contaminado mi tabernáculo que está entre ellos. 32 Esta es la ley para el que tiene flujo y para el hombre que tiene una emisión de semen, contaminándose por él, 33 y para la mujer que está enferma por causa de su impureza menstrual, para el que tenga un flujo, sea hombre o mujer, y para el hombre que se acueste con una mujer inmunda. (2)

Referencias:

1. Levítico en http://es.wikipedia.org/wiki/Levítico
2. La Biblia de las Américas en http://www.biblestudytools.com/bla/levitico/passage.aspx?q=levitico+15%3A19-33
3. El álbum de nuestros “100 Hechos Menstruales”: https://www.facebook.com/media/set/?set=a.499419010144070.1073741833.226735054079135&type=3

miércoles, 16 de abril de 2014

"Barbie Menstruadora" se convierte en La Reina Feminista de Instagram (Kelsey Haight)



Me encontré con Menstruation Barbie en Instagram durante un episodio de furia y rabia feminista, llegando al clímax recitando juramentos de sororidad y otros eventos. Mi búsqueda comenzó con la caza (con Z) de arte-Barbie subversivo  (uno de mis hobbies favoritos) y me siento tan increíblemente agradecida que terminé con este atrevimiento! No sólo resulta refrescante y contestataria "Crampy Carla" (Carla Colicuda), sus publicaciones son motivantes y empoderadores para las mujeres de todas partes.
 
 
La mente maestra detrás de "Carla Colicuda" es la divertida Kristin Krein, reina abeja de Fourth Wave Freaks (un increíble colectivo y zine de artistas feministas) en Lethbridge, Canada. Tuve la oportunidad de platicar coon esta maravillosa mujer y sus cómplices/compañeras para aprender muchísimo sobre Canadá, la menstruación, el arte y lo importante que es colaborar con otras feministas.
Cuando le pregunté a Kristin acerca del significado que tienen el feminismo/la menstruación/el arte, respondió: "Yo sobreviví 23 años sin feminismo y me sentía muy avergonzada de lo que estaba haciendo mi cuerpo. Quería usar mi batalla para bien. Esto nos hace quienes somos, y somos hermosas y valiosas." Kristin trabaja junto con sus amigxs Jared and Meghan, quienes también participan en la comunidad queer/feminista de Lethbridge y hace contribuciones para la revista Fourth Wave Freaks zine. “Una vez que te enteras de estos problemas sociales y del feminismo, no puedes hacerte la que no sabe nada, entonces estamos tratando de hacer que la palabra llegue a más personas en nuestra comunidad." Parece que está funcionando puesto que actualmente han completadoo diversas ediciones de la revista llena de arte, fotografía, poemas, ensayos y cosas cool de todo el mundo.
 
Menstruation Barbie es una extensión del arte de Kristin. "Está basadoo en mi serie 'La pérdida de la inocencia' donde las niñas son representadas con su menstruación. Todas las mujeres a las que conozco se identifican con ese sentimiento inicial de sentirnos avergonzadas por nuestra menstruación, o esperándola." Con el poder que ofrece la internet, Kirstin se ha conectado con diversas artistas/feministas promenstruación y ha encontrado personas que de manera extensa han contribuido a su proyecto. Dice "Odio que el convertirnos en mujer sea algo tan abrumante. Soy promenstruación, prosangre, proaceptarnos a nosotras mismas." Claramente, Kristin no está sola y siempre está dispuesta a recibir contribucioines, si te interesa...
Desde el nacimiento de Menstruation Barbie, Kristin, Jared y Meghan han desarrollado el colectivo revista/artistas y han conocido a muchas personas afines. Jared dice que se trata de "unir a personas inteligentes que pudieran no tener otra plataforma donde expresarse. Es también para empoderarnos a nosotrxs mismxs." Puedes ver todos los números de la revista en línea en Fourth Wave Freaks.
 
Admiro verdaderamente a este trio por haber creado una utopía cibernética en su revista revista digital e Instagram y por usarla para ponerse en contacto con más personas, y por permitir que haya espacio para lo que crean importante. Jared dijo "Queremos que las personas sean escuchadas... Las personas raras, queremos que ellas sean escuchadas. Freak es una palabra importante aquí. Fourth Wave Freaks es un lugar para las personas que no saben cómo expresarse en lugares de mentes cerradas." Esto es bastante adecuado considerando que Lethbridge tiene el apodo de "El cinturón bíblico de Canadá". Sin embargo, sus esfuerzaos se traducen en realidad. Si te encuentras cerca, puedes visitar la inauguración de su obra el 20 de abril en la siguiente dirección: 7th Ave North.
 
¡¡¡Recomiendo seguir Menstruation Barbie para enterarnos de sus actividades a favor del orgullo menstrual y acciones feministas!!!
 
Imagen de Menstruation Barbie

 
 
Originalmente publicado en Artsy (14 de abril, 2014)
 

sábado, 12 de abril de 2014

100 Hechos Menstruales (86): Siiií, es posible quedar embarazada durante la Menstruación

Intégrate a nuestro grupo "Lunas, toallas de tela y copas" donde nos reunimos miles de mujeres para compartir información clara, objetiva y actualizada sobre la menstruación y la salud sexual y reproductiva, así como reflexiones, inquietudes y experiencias relacionadas con el ser y tener cuerpo de mujer.


Muchas personas creen que si una mujer tiene relaciones sexuales durante su periodo menstrual, no puede quedar embarazada, pero la verdad es que aunque es poco probable, no es del todo imposible que una mujer resulte embarazada ya sea durante, hacia el final o a los pocos días de terminar su menstruación.

¿Cuándo sería posible?

1. Si el ciclo de la mujer es "irregular" o mejor dicho "impredecible" y además no está familiarizada con los cambios que ocurren en las características de su flujo cervical, los cuales indican en qué momento del ciclo nos encontramos, puede llegar a confundir el sangrado que corresponde a su ovulación con su menstruación. No todos los sangrados vaginales equivalen a una menstruación. Si bien no todas las mujeres experimentan sangrado en la ovulación, otras notan manchas y podrían malinterpretar el sangrado como un período suave. Siendo la ovulación precisamente el momento más fértil del ciclo menstrual, si se tienen relaciones sexuales durante estos momentos, el resultado podría ser un embarazo. (Más sobre la ovulación en nuestro Hecho Menstrual # 92

2. En ocasiones, la ovulación puede producirse antes de que el sangrado menstrual haya desaparecido o a los pocos días de concluido el período. Puede darse el caso de que la mujer experimente un ciclo tan corto, de 24 días o menos o que la duración de su menstruación se extienda tanto (más de 7 días) que suceda que su menstruación y su ovulación terminen produciéndose muy cerca la una de la otra. Y puesto que los espermatozoides pueden sobrevivir dentro de la mujer hasta por 3 días, aunque en ocasiones muy "ideales" y rarísimas, podrían sobrevivir hasta 5 ó 7 días, una relación sexual antes de que terminar su menstruación podría resultar en un embarazo.

A manera de ejemplos, dos escenarios posibles:

a) Una mujer con un ciclo de 21 días que ovula en el día 7 de su ciclo, tiene relaciones sexuales sin protección hacia los últimos días de su período...podría muy bien resultar en un embarazo.

b) Una mujer que experimenta un ciclo de 24 días con la ovulación ocurriendo el día 10 podría quedar embarazada al tener relaciones sexuales durante su menstruación, si su menstruación se sigue produciendo después del día 4 de su ciclo.

Y es que para que haya un embarazo es necesario que la mujer se encuentre en el periodo fértil de su ciclo menstrual (es decir, preparándose para ovular, ovulando o hasta 24 horas después de la ovulación) y, lógicamente, que los espermatozoides sobrevivan y alguno(s) lleguen a fecundar el óvulo.

Durante la primera mitad del ciclo menstrual o fase preovulatoria, se producen una serie de cambios hormonales con el fin de preparar la ovulación. Durante los días más próximos a la ovulación, el cuello del útero fabrica una secreción que en el momento en que la mujer es más fértil es transparente y elástica (parecida a la clara de huevo cruda). Esa secreción sale al exterior a través de la vagina y la mujer puede verla en sus órganos externos (la vulva). La secreción cervical facilita la entrada de los espermatozoides al útero y les proporciona los nutrientes adecuados para que sobrevivan y puedan llegar a fecundar el óvulo. De hecho, los espermatozoides podrían tener más probabilidades de sobrevivir entre 3 y 5 días dentro del cuerpo de la mujer si entran en contacto con esta secreción cervical fértil. La duración de esta primera fase del ciclo es variable, aunque lo habitual es que pasen unos 10-15 días desde que se inicia la menstruación hasta que se produce la ovulación. En este caso una relación sexual durante la menstruación no puede producir un embarazo porque no hay secreción cervical todavía. Sin embargo, en algunas ocasiones, esta fase podría acortarse mucho. En ese caso, la secreción cervical podría coincidir con los días finales de la menstruación. Si la mujer mantiene una relación sexual y tiene ya secreción cervical, los espermatozoides pasan rápidamente de la vagina al útero para seguir su recorrido hasta la trompa, donde uno de ellos podría fecundar al óvulo, produciéndose el embarazo. Si todavía no ha ocurrido la ovulación, los espermatozoides se podrán quedar en la secreción cervical, “esperando” a que salga el óvulo. En resumen, podría ser posible quedarse embarazada durante la menstruación pero sólo si ya hay secreción cervical fértil como ocurre durante los ciclos que tienen fases preovulatorias cortas.

Hay que tener en cuenta que si bien la fecundación es improbable al tener sexo durante la menstruación, los practicantes corren otro riesgo, contraer enfermedades de transmisión sexual, ya que sangre y semen son vehículos de transporte de microorganismos causantes de hepatitis, gonorrea o sífilis.

El mayor peligro está en la posibilidad de contraer SIDA, infección transmitida por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y que utiliza como vía de transporte esperma, secreciones vaginales y sangre. El microorganismo se instala en células denominadas linfocitos T4 (encargadas de defender al organismo de las agresiones exteriores), lo que deriva en destrucción del sistema inmunológico y la consecuente pérdida de la capacidad para combatir enfermedades, con lo que se tiene alta susceptibilidad de presentar sarcoma de Kaposi (forma de cáncer en la piel), Pneumocystis carinii (hongo causante de neumonía poco común), tuberculosis y diarrea intensa, entre otras enfermedades.

Si realmente están segur@s de encontrarse en una relación estable y amb@s con buena salud, existen estudios sobre sexualidad femenina que aseguran que millones de mujeres ven aumentado el deseo sexual durante la menstruación, que dicho placer alivia cólicos, desinflama mamas y vientre, y produce orgasmos más intensos. OJO: Esta no es una regla. No todas las mujeres son iguales. 

Referencias:

1. http://www.abc.es/especiales/aula-de-sexualidad/es-posible-quedarse-embarazada-durante-la-menstruacion/
2. http://www.womens-health.co.uk/menstruation-during-pregnancy.html
3. Nuestro álbum público: "100 Hechos Menstruales" : https://www.facebook.com/media/set/?set=a.499419010144070.1073741833.226735054079135&type=3

martes, 8 de abril de 2014

14 niñ@s de diferentes países y sus habitaciones

Millones de niñ@s de todo el mundo están viviendo infancias muy diferentes. Desde aquell@s que están viviendo la pobreza, carecen de alimentos y saneamiento básico, hasta aquell@s que son más afortunad@s por haber nacido en un país donde por lo general la mayor preocupación de un niñ@ es que le compren su videojuego favorito.

Cuando se le preguntó el fotógrafo James Mollison cómo concienciaría a la sociedad sobre la importancia de salvaguardar los derechos de lxs niñ@s, se acordó de su infancia: lo que él tenía.


A partir de ahí, creó Where Children Sleep (Donde Duermen lxs Niñ@s), una colección de historias sobre niñ@s de todo el mundo a través de retratos y fotos de sus dormitorios.

1) Bilal, seis años, Cisjordania.






2) Indira, siete años, Kathmandú, Nepal.






3) Ahkohxet, ocho años, Amazonia, Brasil.






4) Dong, nueve años, Yunnan, China.






5) Anónimo, nueve años, Costa de Marfil.






6) Álex, nueve años, Río de Janeiro, Brasil.






7) Bikram, nueve años, Melamchi, Nepal.






8) Tzvika, nueve años, Cisjordania.






9) Douha, 10 años, Hebrón, Cisjordania.






10) Joey, 11 años, Kentucky, EE.UU.






11) Lamine, 12 años, Senegal.






12) Rhiannon, 14 años, Escocia.






13) Risa, 15 años, Kyoto, Japón.






14) Netu, 11 años, Kathmandú, Nepal.





En el interior del libro, cada par de fotografías está acompañada por una leyenda extendida que cuenta la historia de cada niño.

“Se me ocurrió que una forma de abordar algunas de las situaciones complejas y cuestiones sociales que afectan a los niños sería buscar en los dormitorios de los niños”, dijo James Mollison.

El algunas de estas fotos se cumple el dicho de “una imagen vale más que mil palabras”.


(Fuente: Numaniáticos)